Verás, Petersen.
Uno, hace años, era cliente de Caixa Galicia. Las formas de "mando y dispongo" (vamos, que hacían lo que les salía de los pies porque para eso eran la entidad más grande de Galicia y én aquellos tiempos la competencia no era como la actual) que se estilaban en sus sucursales hicieron que, llegado a un punto, cerrase mis posiciones con ellos. De eso hace ya años y ha llovido lo suyo.
El traslado, lógico por comparación y por cercanía, fue a Caixanova. La sorpresa es que era más pequeña, sí. Pero mucho más eficiente. Te podías acercar al director y negociar con él. Siempre que las posturas fuesen razonables, se podía llegar a acuerdos en determinados ámbitos dependientes de la sucursal.
Pero, hete aquí, que a nuestro "navegante" (por la foto bien acompañado de un presunto y no tan presunto publicada hace meses en prensa) presidente autonómico se le dió por fusionar ambas entidades y crear lo que era NovaGalicia Banco.
Ciertamente, la cosa fue relativamente bien durante un tiempo, hasta que empezaron a cerrar sucursales -entre ellas la de Caixanova que me correspondía- y "me trasladaron" a otra que había sido de Caixa Galicia. Ahí la cosa empezó a ir mal. No sé si por "simpatía", las actitudes se contagiaron y la cosa empezó a parecerse demasiado a lo que había sido mi experiencia con Caixa Galicia.
Eso sin hablar de que, era acercarse por una sucursal y echarse mínimo media horita para resolver...
Así que, la decisión, de nuevo lógica, fue abandonar la entidad. Me he ido con armas y bagajes. Hasta el momento no me he arrepentido... y no pienso tocar la entidad ni con un palo, así se llame NovaGalicia, Abanca o "Somosunchollo". Porque lo que hay dentro no ha cambiado. Y el problema es ese: la actitud de las personas que forman la entidad.
Vamos, que han vuelto a la prepotencia de que son los más mejores en Galicia y que ahí se las den todas. Pues vale. Conmigo no cuentan ni contarán, como si no existiesen.
Claro que, no te digo que no haya incautos, de eso, como bien sabemos, está el mundo lleno... ahora, los que nos hemos tomado la pastilla roja, esos no volveremos.
Además, pueden denominarla como quieran, pero "eso" ya no es gallega por mucho que quieran confundir con el nombre. Así que entre entidades que no son gallegas, me quedo con aquellas que son razonables y eficientes. Es curioso, en Galicia hemos defendido nuestra banca, perdiéndola. Acojonante.
Suerte a todos.