Concesión minera de Omonte
Carmen Omonte, otorgó la concesión minera con ciertas ligerezas. Según un informe del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico del Ministerio de Energía y Minas (Ingemmet), en la zona entregada “se observa bosque total y no se observa área urbana, ni zona agrícola”.
En este documento se dice que se entregó la concesión Luyando 10, porque no había población ni actividad agrícola. Sin embargo, en ese lugar hay un pueblo y cultivos de maíz y cacao.
Al parecer, desde un escritorio del Ingemmet en Lima se dio autorización a la concesión de la ministra con información falsa, según un informe de “Panorama”.
Además, el ex agente municipal Carlos Bustillos habría aprovechado su cargo para otorgar constancias de posesión a personas ajenas al pueblo de Luyando, que luego transfirieron a la empresa de los Dyer y de Omonte.
Con esas constancias de posesión, se buscó cumplir la norma que exige que las empresas acrediten la titularidad de las tierras al 100% antes de empezar la etapa de exploración.
A raíz de esto, algunos agricultores resultaron afectados, como Alberto García, quien ha entablado un juicio contra Cemento Amazónico.
Y pese a que Omonte afirmó de que aún no se inician operaciones en la concesión, la realidad es otra: la empresa Cemento Amazónico comenzó exploración. La Dirección Regional de Energía y Minas de Huánuco les ha puesto una multa por ello, aunque la compañía ha apelado esta sanción.
¿Pensáis que Omonte nos está tomando el pelo?En mi opinión no creo que sea la única concesión fraudulenta que se haya producido.