Invertir de la manera tradicional conlleva ciertas desventajas, ya que la evolución de unos sectores y otros depende de factores que, a menudo, escapan de nuestro control: de la bonanza o no del ciclo económico (que cada vez está más sincronizado), de saber estimar en qué parte del ciclo nos encontramos, de que los mercados reaccionen de la manera en la que creemos que lo van a hacer o de decisiones políticas que, casi siempre, son difíciles de predecir o anticipar.
Así, ¿por qué no invertir con otro prisma? Por ejemplo, buscando megatendencias, que son temáticas que tratan de identificar qué sectores podrían tener más futuro y, por tanto, contribuir al crecimiento económico en el largo plazo