El ahorro podría ser considerado como lo que marca la diferencia entre tener buenas o malas finanzas, ya que si ahorramos es porque gastamos menos de lo que ganamos. Sin embargo ahorrar no es tan sencillo si no se cuenta con la disciplina para hacerlo. En este sentido, es una buena idea recurrir a estrategias de ahorro. Estrategias como la de considerar tu ahorro como un gasto fijo más.
Ingresos - Gastos = Ahorros
Muchas personas tienen una o más excusas por las que dicen que no pueden ahorrar: que no gano mucho, tengo muchos gastos, tengo deudas que pagar, etc. Pero al fin y al cabo ahorrar es más una cuestión de decisión que de mayores ingresos. Por ejemplo, con dejar de gastar en algo innecesario ya estás ahorrando. Por eso es clave distinguir necesidades y aprender a priorizar.
Así, muchos tienen la siguiente estructura en sus finanzas personales:
Ingresos - Gastos = Ahorro
Algo que se ha hecho costumbre.
Sucede entonces que cuando reciben sus ingresos empiezan a gastar, y solo ahorran lo que les queda después de hacerlo.
El resultado es, en muchos casos, que al final de la quincena o del mes no les queda nada para ahorrar. Y aún peor, terminan endeudados y ya con gastos que tendrán que pagar en el futuro. Todo esto porque a lo largo del mes hay muchas oportunidades para gastar, y es muy fácil hacerlo para aquellos que no han hecho previamente un presupuesto que los guíe, o no tienen un buen control de sus gastos.
El ahorro como un gasto fijo
Para aquellos que suelen ser presa de sus impulsos gastalones, es una buena idea empezar a considerar sus ahorros como un gasto fijo más.
Al igual como se separa una parte de los ingresos para gastos necesarios u obligatorios, como son los pagos de servicios (luz, agua, gas, etc) o los pagos al banco, así también sea para el ahorro.
De esta manera podemos priorizar el ahorro sobre gastos menos importantes. E incluso podemos ir más allá y descontar el monto asignado para nuestros ahorros, antes de empezar a gastar. Para ello podríamos valernos de algún método automático como el débito directo de cuenta a cuenta.
En consecuencia tenemos que la estructura principal de nuestras finanzas pasaría a ser así:
Ingresos - Ahorro = Gastos
Vale decir que este método puede ser usado por cualquiera, ya que es una forma más organizada y segura para ahorrar. La idea es formarnos el hábito y conseguir los recursos que nos permitan alcanzar nuestros objetivos financieros.
¿Y cuánto ahorrar?
Por supuesto esto depende de cada situación en particular, pero los expertos recomiendan asignar un porcentaje de tus ingresos que va aproximadamente entre el 10% y el 30%, considerando también el monto destinado a la inversión. Asimismo si en un período puedes ahorrar menos del 10% debes hacerlo igualmente aunque no cumplas con el mínimo establecido. De la misma manera si puedes ahorrar más del 30%.
Si bien podríamos considerar un monto fijo de ahorro en un mes (por ejemplo un monto equivalente a $100), lo ideal es asignarlo como un porcentaje del ingreso. Ahorrar como porcentaje nos permite flexibilizar nuestros ahorros ante ingresos variables y de esa manera no pasar períodos sin hacerlo.
Ventajas de esta estrategia
- Conseguimos ser constantes al ahorrar en cada período de ingresos.
- Podemos cumplir un plan de ahorros para conseguir alguna meta preestablecida.
- Evitamos caer en las tentaciones del consumismo exacerbado.
- Aprendemos a priorizar.
- Ejercitamos nuestra disciplina y compromiso con nosotros mismos.
- Obtenemos los recursos para pagar deudas pendientes, hacer un fondo de emergencia o invertir.
Finalmente te animo a que busques más información sobre finanzas personales. Asimismo te invito a que te suscribas al blog para estar al tanto de nuevas entradas y nuevas ideas que favorecerán tu relación con el dinero. Hasta luego.