Cuando uno piensa en seguros le viene a la mente frases como: deducible, copago, límites, siniestros u otros términos bastante extraños que las compañías con mucha frecuencia colocan en ese extenso documento que llaman póliza.
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Puntos, cláusulas, condiciones y a veces frases que más que aclarar nuestra idea de lo que nuestro seguro ofrece o no, nos confunde. Sin embargo, a veces nuestro seguro puede ofrecernos muchos más beneficios de los que necesitamos y no los tomamos en consideración.
Es por eso que antes de contratar un seguro, es importante comprender la naturaleza de su origen: el riesgo.
La esencia del seguro es la protección frente a riesgos que un objeto y/o persona pueda sufrir en un determinado tiempo. Este tipo de protección es plasmada en un contrato entre la persona que lo contrata y la aseguradora a cambio de un pago durante el plazo que se convenga.
Entonces, si yo cuento con un carro y quiero asegurarlo, lo más probable es que contrate uno y ya. Pues sí, pero hay diferentes riesgos que pueden poner en peligro a tu vehículo. Probablemente un seguro estandarizado no sea lo mejor si es que tu vehículo es tu herramienta de trabajo, por ejemplo.
Por eso, es recomendable conocer bien el riesgo al que estás expuesto. Pero, ¿Cómo podría hacer esto? te preguntarás. Es muy simple, toma papel o lapicero o abre un documento Excel en tu computadora y empecemos.
- Define tu objetivo: En este caso es necesario hacer una evaluación detallada de lo que deseas asegurar. Podría ser tu hogar, tu vehículo, los estudios de tus hijos, tu negocio u otros. Si aún no tienes una idea de qué tipo de bien podrías asegurar, te recomiendo realizar una rápida evaluación de lo más importante a lo menos importantes para ti. Todos tenemos prioridades u obligaciones diferentes, sé honesto y práctico a la hora de hacerlo.
- Evalúa tu entorno: Piensa en todos los escenarios en los que este bien y/o persona se ven expuestos día a día. Tomemos de ejemplo los estudios universitarios de mis hijos. En este caso, las variables son mis ahorros, mi salud, mi trabajo. Dependiendo de estas variables podré considerar el tipo de universidad a los que podrán acceder, o si debo trabajar horas extras o no.
- Analiza tu presupuesto: Tomando el ejemplo del punto anterior, tenemos que considerar nuestro presupuesto y gasto real relacionado a lo que deseamos proteger. En el caso de la educación universitaria de mis hijos, el costo total podría estar entre S/25,000 a S/150,000 por el total de la carrera de cada uno de ellos. Si mi sueldo es S/2,500 al mes y destino S/300 de ellos por mes a mis ahorros, en un plazo de 7 años podría costear el estudio de uno de ellos. Además, sobre eso tengo que tener en consideración mis gastos mensuales y otros compromisos financieros que pueda tener. Sin embargo, aquí no tengo en cuenta mi salud o mi vida en general. Si fallezco antes de tiempo es probable que no pueda reunir el dinero necesario.
- Lista tus opciones: En este caso, tengo dos variables que definitivamente son importantes; mi salud y mi vida. Entonces basado en este hallazgo, debo poner el nivel de importancia que cada uno de ellos tiene en relación a mi objetivo. Si soy una persona bastante saludable, probablemente considere un seguro de vida sobre uno de salud.
- Afina tus necesidades: Ya identificamos que lo que requiero es un seguro de vida. Entonces es momento de investigar un poco. Existen diferentes seguros de vida que te brindan un pago una vez fallecido el asegurado, otros si sobrevives después del contrato y otros que te brindan un ingreso sobre lo que contrataste. En este caso, evalúa como tus metas financieras podrían beneficiarse por la contratación de tu seguro. En este caso, si el monto por el que aseguro mi vida es superior a S/25,000 podría asegurar los estudios de mis hijos en una universidad más grande o con mayores facilidades. Te recomiendo revisar el las páginas web de las aseguradoras y hacer una lista de los productos que más llamaron tu atención.
- Recibe asesoría: Si ya tienes una idea del seguro que te podría convenir, te recomiendo buscar asesoría para descartar algunas de tus opciones. Lo más importante después de un seguro bien seleccionado es la atención que te ofrecerá la aseguradora donde la contrataras. Por eso, es bueno ver las evaluaciones en las redes, consultar con amigos o familiares que tengan un seguro similar o buscar ayuda especializada a través de un bróker de seguros.
- Contrata tu seguro: Una vez seleccionado tu seguro y la aseguradora donde vas a colocar tu póliza, recuerda que es importante revisar bien toda la información relacionada a tu seguro antes de aceptarlo. Revisa que los datos estén correctos y que las coberturas sean las que tu solicitaste. Algunas aseguradoras ofrecen beneficios adicionales para sus clientes. Consulta si cuentan con alguna promoción exclusiva para sus clientes. Podría haber millas escondidas, descuentos en restaurantes, mantenimiento de tu vehículo, consultas médicas a domicilio y más.
Solo recuerda estar al día con tus pagos para no perder la cobertura de tu seguro. Y si necesitas algún tipo de ayuda financiera con respecto a tu seguro, las aseguradoras a veces brindan facilidades de pago, congelamientos o extensiones. Consulta sobre este tipo de opciones durante la negociación de tu seguro.
Redactado por:
Carlos Sanchez Leiva
CEO & Founder de Zölid Brokers