En macroeconomía, existen conceptos esenciales que debemos entender para comprender mejor el entorno de inversión en un país y las variables que la afectan. Uno de estos conceptos es la deflación, un fenómeno que puede tener importantes repercusiones en la economía y, por ende, en nuestras decisiones de inversión.
En este artículo, te explicaremos qué es la deflación, los tipos que existen, sus causas y consecuencias en la economía, y cómo puede influir en las inversiones. Si alguna vez has tenido dudas sobre este concepto, aquí encontrarás la información necesaria para entenderlo y considerarlo en tus decisiones financieras.
¿Qué es la deflación?
La deflación se define como la caída generalizada y sostenida de los precios de bienes y servicios en una economía, lo que equivale a una tasa de inflación negativa. Se produce cuando los precios disminuyen de forma continua durante un periodo prolongado, y está estrechamente relacionada con las recesiones y crisis económicas. Según el FMI, para que se considere deflación, la caída de precios debe durar al menos dos semestres consecutivos.
¿Cuáles son las características de la Deflación?
Una de las características más evidentes de la deflación es que suele presentarse en un ciclo económico negativo, aunque esto no implica necesariamente que ya se esté en un escenario de deflación. Durante este periodo, los ingresos en la economía se deprimen y la demanda se debilita, llevando a un deterioro económico.
Además, los consumidores tienden a postergar sus compras, especulando con que los precios seguirán bajando. Esto provoca que muchas empresas no logren vender sus productos, lo que las lleva a congelar salarios o incluso despedir empleados para compensar la caída en los precios y las ventas.
En un entorno deflacionario, hay una sobreabundancia de bienes que satura el mercado, agravada por la escasez de dinero en circulación, lo que limita las compras. Las empresas, en su intento de atraer compradores, se ven obligadas a reducir aún más los precios, incrementando así el ciclo deflacionario.
¿Cuáles son los tipos de deflación?
No existe un solo tipo de deflación. A continuación, te mostramos los diferentes tipos que pueden presentarse:
- Deflación correctiva: Se asocia a la corrección de precios inflados previamente, volviendo a sus niveles anteriores.
- Deflación histórica: Surge a partir de cambios en la producción per cápita.
- Deflación inflacionaria: Resultado de una burbuja monetaria masiva, donde los precios buscan regresar a niveles previos a la inflación.
- Deflación recesiva: Determinada por la caída de precios, donde los bancos centrales reducen la liquidez en el mercado subiendo las tasas de interés.
¿Qué causa la deflación?
La deflación ocurre cuando la oferta de bienes y servicios supera a la demanda, obligando a los vendedores a reducir precios para poder vender sus productos. Las causas pueden ser económicas o políticas:
Factores económicos
- Disminución de la demanda: Una contracción económica, como el miedo a una recesión, reduce la demanda de bienes y servicios.
- Aumento de la producción: Cuando la producción crece más rápido que la oferta monetaria, se genera un exceso de oferta, lo que puede resultar beneficioso en ciertos contextos.
Factores políticos
- Decisiones políticas: Recortes presupuestales o políticas de austeridad pueden reducir la demanda y provocar deflación.
¿Cuáles son las consecuencias de la Deflación?
La deflación trae consigo varias consecuencias económicas, tales como:
- Recesión económica: La necesidad de ajustar gastos a un nuevo nivel de precios y ventas genera recesión.
- Desempleo y reducción de salarios: La caída en la demanda obliga a las empresas a despedir personal y reducir salarios.
- Cambios en el comportamiento del consumidor: Aunque al principio los consumidores pueden aprovechar los precios bajos, a largo plazo disminuyen su gasto.
- Disminución de ingresos por ventas: Las empresas ven reducidos sus beneficios al tener que bajar precios para permanecer en el mercado.
¿Cuáles son las ventajas o desventajas de la deflación?
Aunque la deflación es un periodo difícil para la economía, puede tener algunas ventajas, aunque son pocas en comparación con sus desventajas.
Pros
- Equilibrio en precios: Puede corregir subidas excesivas de precios y, si los salarios se mantienen, aumentar el poder adquisitivo.
- Ahorro: Fomenta el ahorro de los consumidores al aumentar el valor real del dinero.
Contras
- Estancamiento económico: La deflación estanca la economía, provocando recesiones y crisis de larga duración.
¿Cuál es la diferencia entre inflación y deflación?
La deflación es lo opuesto a la inflación: mientras que la primera se refiere a una caída de precios, la segunda indica una subida. Ninguna de las dos es ideal, por lo que los bancos centrales buscan mantener la inflación en niveles controlados, generalmente entre 2% y 4%, para evitar las graves consecuencias de la deflación.
¿Qué efecto tiene la deflación en el ahorro y las inversiones?
En un contexto de deflación, los precios bajan, lo que también reduce el valor de nuestros activos, mientras que el valor de las deudas aumenta. Esto es perjudicial para quienes tienen deudas, ya que aumenta el valor de lo que deben. Por otro lado, quienes tienen ahorros o inversiones en productos de renta fija pueden beneficiarse, pues el valor real de sus inversiones aumenta en un entorno deflacionario.
Por ejemplo, quienes compren una vivienda durante un periodo de deflación verán cómo el valor de la propiedad cae, mientras que la deuda que contrajeron para adquirirla aumenta, lo que no es una buena combinación. En cuanto a la bolsa, la deflación afecta especialmente a empresas muy endeudadas, por lo que es crucial elegir bien en qué empresas invertir.
Ejemplos reales de Deflación
Aunque menos común que la inflación, la deflación ha tenido un impacto significativo en la economía en diversas ocasiones:
- Japón en los 90 y principios de los 2000: La "Década Perdida" fue causada por el estallido de una burbuja inmobiliaria y de valores, llevando a un estancamiento económico y problemas en el sector bancario.
- Estados Unidos durante la Gran Depresión (1930s): Tras el colapso del mercado de valores en 1929, la economía estadounidense enfrentó una severa contracción, aumento del desempleo y caída de ingresos.
- Suiza en 2015: La apreciación del franco suizo y la baja en los precios del petróleo llevaron a una disminución de los precios al consumidor.
- Estados Unidos en los 1870s: La "Larga Depresión" se debió a una crisis bancaria que provocó el cierre de bancos y negocios, alta tasa de desempleo, y reducción de precios, especialmente en la agricultura.
- Grecia durante la crisis financiera de 2008-2011: Las medidas de austeridad severas y la crisis de deuda provocaron deflación, aumento del desempleo y contracción del PIB.
Estos ejemplos muestran cómo la deflación puede ser tanto un síntoma como una causa de problemas económicos, llevando a un estancamiento que puede ser difícil de revertir.